Cambiemos
¿Qué hacer
cuando nos toca la desgracia? ¿Reclamar, pedir, rogar? ¿Aceptar? ¿No negar?
¿Transitarla? Creo que lo más conveniente es transitarla, transitar aquello que
nos paralizó. La muerte es implacable, ella no da tregua, es el fin. Una
criatura de la naturaleza ha sido herida de muerte y es lógico y razonable que
nos conmovamos, que neguemos, que nos duela aceptar, pero bueno, la muerte es
parte de la vida, todos los días vamos muriendo un poco, y renaciendo otro
poco.
Creo que la clave
está en estar bien despiertos cuando nuestros cuerpos físicos tienen vida. Es
inevitable que el envase decaiga, que envejezca, que pierda vigor. ¿Por qué
mejor no agradecemos y valoramos toda la suerte que tenemos de estar vivos? Sin
preocuparse cuando llegue el momento de partir. Cuando tenga que llegar,
llegará, mientras tanto vivamos, amemos, queramos, cooperemos, ayudémonos,
escuchémonos, respetémonos. Hagamos lo posible porque nuestra existencia valga
la pena, si nos ayudamos entre todos todo resulta mejor, la vida se vuelve
magia, éxtasis, amor, entrega, abnegación. Total, algún día, cuando tenga que
suceder, la muerte vendrá y tocará la puerta, pero nosotros habremos vivido una
vida auténtica, única, irrepetible.
Les aseguro que esa es la salida, porque así a
nuestros envases, nuestros vehículos, es decir, nuestro cuerpo físico, con esta
conciencia, los vamos a cuidar y tratar mejor, queriéndonos y ayudando al
cuerpo a que se vaya sanando y disciplinando.
Prueben, exploren, indaguen, ábranse camino, sean
luz por sí mismos, descubran lo verdadero de cada cosa que toquen. Y no tengan
miedo de dudar, duden todo lo que necesiten, aprendan por sí mismos. Vamos
amigas/os! Adelante, caminando juntos, mancomunadamente, en esta bella Tierra
que tenemos que aprender a amar, queriéndonos todos y ayudándonos. Basta de
ideologías, de política, de religiones, de grupos sectarios. Somos todos seres
humanos y si ahora no aprendemos a tratarnos con cariño, atención y cuidado,
cuándo lo vamos a hacer?
Todos tenemos que cambiar la mentalidad y
contentarnos con poco, no ambicionar, no codiciar. El amor cura la locura, y el
cerebro sólo, sin corazón, convierte al individuo en un ser peligroso para la
humanidad.
Comentarios
Publicar un comentario