Vida plena
Siento
que podemos vivir una vida plena, impregnada por un profundo sentimiento de unión, de amistad, y que esa, precisamente esa es la
salida a tanta confusión, a tanto caos y degradación.
El ego es el factor de deterioro y destrucción.
Éste es una entidad ficticia, y basamos nuestra vida en su falsa existencia,
por lo tanto vivimos una vida falaz, una vida que en ningún momento es
completa, dichosa, sino que siempre está arrojando restos de dolor, temor,
violencia, incertidumbre, ansiedad, urgencias, deseos.
Es factible vincularnos con la/el otra/o
sin apegarnos, sin tomar posesión, sin ningún sentido de pertenencia. En ese
vínculo es posible que despertemos esa inmensa cualidad que es el amor, el
único instrumento capaz de barrer con todo el horror que hemos provocado.
Cuando hablamos de amor, por lo general lo
asociamos al sexo, al deseo, placer, al sentido de pertenencia, pero el amor es
mucho más inmenso que todo eso. El amor (en su amplio significado) no pide nada
a cambio de nada, no exige, no fuerza, no obliga, no ata, saca de raíz todo lo
falso y da lugar a la creación, a la Verdad, a lo nuevo, brinda libertad, no
ofrece consuelo, el cual es un simple paliativo (y después estoy en el mismo
estado de siempre).
El placer, desde donde yo lo comprendo,
tiene que ver con el pensamiento, con las imágenes que figura el cerebro, y
dichas imágenes son un proceso material, es decir, tienen su origen en el mundo
físico, percibido por los cinco sentidos. Lo que entiendo es que el elaborar imágenes
mientras estamos vivenciando otra realidad, ocasiona, por así decirlo, una
perturbación, un desgaste, un deterioro. Por lo tanto pienso que lo que
podríamos hacer es vivir abiertamente, en estado de alerta, de atención, cada
instante que presenciamos.
Comentarios
Publicar un comentario