Esencia

Llueve, y él espera, aguarda, su rostro revela que ha llorado. Oye a través de la ventana cómo canta el hornero y quiere imitarlo pero no puede. Sentado y envuelto en una suave melodía, sólo mira la lluvia caer y se detiene en las hojas del níspero, en el nuevo brillo que ahora tienen, cuando el polvo es barrido por el agua. Siente también cómo el perfume de sus flores inunda su habitación. Y él sólo observa, atrás quedó la tormenta que lo llevó lejos, o cerca, quién sabe… Su cuerpo es liviano y frágil pero a la vez fuerte y vital. Hay en sus ojos bondad y entereza, no sería capaz de lastimar a nadie. Y llueve, como ayer, como antes de ayer y como hace varios días ya. Él piensa que bien podría ser lluvia, y bañar de riqueza todo prado y pradera, y allí convertirse en flor silvestre para ofrecer su aroma a quien repare en su existencia. Eso pensaba mientras estaba allí sentado, contemplando el concierto de gotas que golpeaban los techos, árboles y suelo, y su pena se marchitó lentamente para dar lugar a otro estado… (que tendrás que descubrir).

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